LA CONDENSACIÓN.
Al vapor de agua del aire que se condensa de forma natural en superficies frías se le llama rocío. El vapor de agua sólo se condensará en otra superficie cuando ésta sea más fría que la temperatura del vapor de agua, o cuando el equilibrio de vapor de agua en el aire, es decir, la humedad de saturación, se haya excedido. Cuando el vapor de agua se condensa en una superficie, se produce un recalentamiento neto en dicha superficie.
La molécula de agua trae un paquete de calor con ella. La temperatura de la atmósfera también se eleva muy ligeramente. Como consecuencia de su condensación, la molécula tiende a ser relativamente baja en energía cinética. Ya que la atmósfera ha perdido una partícula de movimiento lento, la velocidad media de las moléculas en la atmósfera aumenta, y por tanto su temperatura también se eleva.
También, una condensación neta de vapor de agua ocurre cuando la temperatura de la superficie está igual o por debajo de la temperatura del punto de rocío de la atmósfera. La deposición (formación directa de hielo a partir del vapor de agua), es un tipo de condensación. Las heladas y la nieve son ejemplos de deposición.
En presencia de corrientes de aire muy frío, ese vapor acuoso se condensa en diminutas gotas y se hace visible en forma de nubes o niebla, que pueden ser transportadas por el viento hacia regiones muy alejadas.
Las gotas se van haciendo más grandes y más pesadas a medida que la condensación aumenta y entonces el aire ya no puede sostenerlas y se precipitan en forma de lluvia (estado líquido), nieve o granizo (estado sólido).
Si estas precipitaciones ocurren en latitudes polares o a gran altura, parte de las aguas van a formar los glaciares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario